Presentación

La revista literaria "Boliche" fue creada por tres estudiantes de Literatura de la PUCP. Sus nombres son Bruno Nassi Peric', Jesús Salazar Paiva y Rashell Díaz Castillo, quienes ahora le dan la bienvenida a equipo a Natalia Ríos Subiria, también estudiante de Literatura en la misma casa de estudios.
Este proyecto tiene como fin el difundir la literatura tanto de forma crítica, como en manera creativa. Por lo que se espera combinar trabajos de personas especializadas en la materia, como personas que aún se están abriendo paso, ya sean estudiantes de la especialidad o no.
Es así que los invitamos a participar en nuestros siguientes números enviándonos sus trabajos a :
gdil.boliche@gmail.com

martes, 5 de enero de 2010

De los infiltrados, los poros y los lectores

Los poetas, los escritores no son, en esencia, ni del Olimpo, ni de las clases obreras. Son solo individuos. Infiltrados en los centros de trabajos, en las escuelas, hasta en las cárceles. Y otros osados en las universidades, que con o sin la crítica, quieren abrazar la literatura –o las humanidades- como, aunque usted no lo crea, medio de vida. Preocupados, principal y sea consciente o inconscientemente, por el decir o por la expresión y sus múltiples carriles.
Nos paramos ante la vida con el conformista estilo del habla cotidiana. No se trata de un cliché extraño, de ir por el mundo enrevesando el lenguaje o el lenguaje de los símbolos. Sino de explotar todo aquello que subyace sobre nuestro dulce don innato –quiero creer que es así- del habla humana. ¿Se imaginan todo lo abarcable por nuestra creatividad y expresión? Un lenguaje nuevo es una sociedad nueva, porque hay nuevas formas que estructurar dentro de la interacción humana. Un lenguaje nuevo es un hombre nuevo, que tiene nuevas necesidades que sabe qué desea y qué más anhela. La correspondencia del lenguaje se produce con todos los niveles de interacción humana. Y, señoras y señores, ahí se encuentra la literatura. Un gran lenguaje siempre intrínsecamente renovador, que es capaz de abarcarlo todo: desde la más banal confesión de algún individuo hasta las problemáticas más relevantes y cuestionadoras del espíritu humano. Es decir, la literatura es el amplificador de un Yo que está decidido a pregonar su existencia en medio de un mundo cada vez más ensombrecido en una masa gris de millones de clics y de intereses meramente lucrativos: ante ello es el ámbito para cuajar la inmensidad del panorama social y humano. Y, no obstante, tiene el injusto estigma de actividad improductiva, de labor trasnochada, de no ajustada a lo nuevo. Desde ya sabemos que habrá muchos que jamás declinaran ese modo de pensar. Pero la literatura está ahí, incólume, calmada ante tantas masificaciones apresuradas que nos restan la posibilidad de creer que en el mundo hay más sofisticaciones que las ultimas tecnologías. Y los escritores, los poetas, los filósofos, los letrados, si nos abstraemos y olvidamos inclinaciones políticas o gustos y planes personales, conviven en la libertad de escribir y de sentir, sin ser especiales, solo hijos del seno de la cultura, pero firmes poros de exhalación y de sosiego, pues permiten un momento reflexión, un momento de descanso en la rueda de marcha del mundo.
Sin embargo, no se trata de que debamos ser imitadores de la realidad, no tiene por qué la literatura ser panfletaria ni difusora de nada. Si lo quiere, tal vez. La literatura es libertad y es el lector el gran juez. Todo subyace, todo puede juntarse en un entramado simbólico, literario y es el lector el que lo adoptará. Ser conscientes de ello nos debe hacer pensar menos en veleidades y más en despertar al mundo con lo mucho qué decir. Que no sabemos que es pero que existe y se extirpa del mismo espíritu humano, pero para el mismo espíritu humano.
Para ti, lector, en este hermoso país de no lectores, muchos no culpables de esa carencia vital, nace este proyecto. Para ti, escritor nace esta butaca, para oxigenar el mundo, para descontaminarlo de su letargo. La literatura descontamina, libera, crea y DICE.

JESÚS SALAZAR.

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