Presentación

La revista literaria "Boliche" fue creada por tres estudiantes de Literatura de la PUCP. Sus nombres son Bruno Nassi Peric', Jesús Salazar Paiva y Rashell Díaz Castillo, quienes ahora le dan la bienvenida a equipo a Natalia Ríos Subiria, también estudiante de Literatura en la misma casa de estudios.
Este proyecto tiene como fin el difundir la literatura tanto de forma crítica, como en manera creativa. Por lo que se espera combinar trabajos de personas especializadas en la materia, como personas que aún se están abriendo paso, ya sean estudiantes de la especialidad o no.
Es así que los invitamos a participar en nuestros siguientes números enviándonos sus trabajos a :
gdil.boliche@gmail.com

jueves, 24 de junio de 2010

Después del Inca Garcilaso, Vargas Llosa

El Inca Garcilaso de la Vega es, sin duda, el escritor peruano que más ha marcado nuestras letras. Sus Comentarios Reales de los Incas y la Historia General del Perú están escritos en una prosa muy fina y rica que atrapan al lector de inmediato. Su obra, además, si bien pretendía ser histórica, ahora la podemos ver como un testimonio literario inigualable, fundador de nuestra literatura en el siglo XVI. Hoy, en el siglo XXI, es válido preguntaros si es que después de Garcilaso ha existido –o existe– algún escritor tan genial y trascendente como él. En mi opinión –que de hecho es muy polémica y discutible para muchos– la figura literaria más importante, en el campo de la narrativa, tras el Inca, es Mario Vargas Llosa. Fundamentaré, en seguida, mi opinión.
Lo primero que me lleva a decir que Vargas Llosa es, tras el Inca, el escritor más trascendente de nuestro país, es el poder de representatividad que tienen sus obras. Quiero decir que un común denominador en muchas de las novelas de nuestro afamado escritor, es la presencia de las múltiples voces que componen la realidad peruana. La polifonía de la que habla Mikhail Bajtin está presente en gran parte de la obra novelística de Vargas Llosa. Pero, lo importante no es sólo representar las distintas voces, pues muchas veces al ponerlas por escrito se les tergiversa, se les quita su esencia y se vuelven caricaturas con forma de cliché. Mario Vargas Llosa es uno de los pocos escritores que, con un finísimo oído y un talento narrativo excepcional, logra plasmar en sus obras la voz, tal cual es en la realidad, de las distintas realidades que coexisten amalgamadas en el Perú.
Con respecto al punto anterior, puedo advertir que muchos protestarán oponiendo a José María Arguedas y diciendo que él, en efecto, plasmó todas las sangres en su obra. Pienso que no hay razón para dicho enfrentamiento, pues la genialidad de Arguedas radica en haber creado un lenguaje especial, muy bien elaborado, que le permitía representar de un modo entendible para el gran público las distintas realidades que él había visto y vivido. Vargas Llosa, por su parte, lo que hace es trasladar al campo narrativo múltiples voces, él no pretende crear un lenguaje especial. Viéndolo de este modo, resulta inútil pretender oponer a sendos escritores. Ambos se han acercado a la realidad de distintos –y geniales– modos.
Lo segundo que me lleva a proponer a Vargas Llosa como nuestro segundo escritor más significativo, es la magnífica ingeniería literaria, por llamar de algún modo a su manejo de los recursos narrativos, que despliega en sus novelas. La obra cumbre a este respecto, no cabe duda, es Conversación en La Catedral, aquella monumental novela en la que el personaje principal se pregunta “en qué momento se había jodido el Perú” y en qué momento se jodió él mismo (esto causa en lector una introspección para buscar el momento en el cual él mismo se jodió). En este relato, el recurso más elaborado es el diálogo periscópico, es decir, la mezcla de varios tiempos dentro de una construcción dialogística (una línea puede ser la conversación actual entre Santiago y Ambrosio, la siguiente puede ser un diálogo entre Ambrosio y el padre de Zavalita años antes). La ciudad y los perros es otra estupenda novela, en la cual la hábil mano del autor logra una construcción narrativa, en la que el narrador parece borrarse y el lector se siente en contacto directo con los personajes. Estas dos novelas son, por supuesto, solo un pequeño ejemplo dentro toda la vasta maquinaria narrativa que se extiende a lo largo de las novelas de Vargas Llosa.
Un tercer punto que me hace pensar en Mario Vargas Llosa como el escritor que tras Garcilaso ha marcado con mucha fuerza las letras peruanas, es el reconocimiento internacional del que nuestro contemporáneo novelista goza. Muchos dicen que esto es producto del marketing, que el famoso “boom” de la literatura hispanoamericana fue la plataforma hacia la cual Vargas Llosa saltó, junto con otros, a la fama mundial. Ciertamente, el “boom” y la labor de la representante literaria Carmen Balcells, fueron cruciales para dar a conocer a los nuevos narradores latinoamericanos; sin embargo es mezquino reducir el reconocimiento internacional solo a factores extraliterarios. La obra del Inca Garcilaso como la de Vargas Llosa, ha merecido la atención internacional porque esencialmente son piezas literarias de gran calidad, que plasman genialmente, a través de la sagaz mano de su autor, la realidad de la que parten y buscan representar.
He expuesto aquí brevemente tres razones, de entre varias otras, por las que pienso que tras la figura excepcional del Inca Garcilaso, se encuentra la también genial figura de Mario Vargas Llosa, de quien me atrevo a decir con mucha convicción que es el mejor novelista que ha engendrado el Perú. Por supuesto, mi opinión, como todas, es debatible. Pero lo que sí debe quedar fuera del debate son los prejuicios.

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